Esclarecedora declaración nuestramericana por lo que acontece en Ucrania

La guerra en Ucrania es una expresión (por cierto, no la única) del proceso de descomposición del capitalismo en su etapa neoliberal, pues mientras los medios dominantes ponen el foco en el Este europeo, los israelíes han atacado Siria y Cisjordania, donde se han cobrado nuevas vidas y cientos de heridos palestinos, y el Pentágono acaba de bombardear Somalía. Sin embargo, parece que solo Ucrania ha visto vulnerado su derecho a la autodeterminación.
Pero al mismo tiempo, resulta evidente que con contradicciones, avances y retrocesos la humanidad enfila hacia un nuevo orden multipolar, no sin la resistencia de la que ha sido durante más de un siglo la mayor potencia del planeta, lo cual explica las convulsiones económicas, políticas y militares y hoy se ve jaqueada por la competencia de China.
La acción militar de Rusia sobre Ucrania no puede entenderse sin contextualizarla en la guerra que el gobierno pro occidental de Ucrania viene librando desde 2014 contra la población pro rusa del Donbáss, donde ya han muerto 14 mil personas y destacan por su crueldad los grupos paramilitares neonazis armados y azuzados por la OTAN y Estados Unidos. Esos ataques vulneran los acuerdos de Minsk de 2015.
El empeño de Estados Unidos de expandir la OTAN hacia las fronteras de la Federación Rusa acompañado de la entrega de moderno armamento a Ucrania, constituye de hecho la consumación de un cerco militar progresivo que ningún Estado puede aceptar de brazos cruzados.
Una verdadera campaña de desinformación y la tentación de censurar y acallar toda voz disidente de la versión hegemónica pro OTAN y pro EE.UU. desnudan la vocación antidemocrática de los portavoces del gran capital.
La conquista de una paz duradera, que, con moderado optimismo, entendemos viable, no puede lograrse a expensas de la seguridad de ningún Estado miembro de la comunidad internacional. Retomar los acuerdos de Minsk puede ser el camino más apto para restablecer el diálogo entre las partes en conflicto.
La pelea de fondo, que la clase trabajadora y los pueblos debemos sostener es la lucha por un orden alternativo al capitalismo, sin explotación y de cooperación entre los pueblos, des-mercantilizado y solidario, respetando a la Naturaleza y a la vida.

Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la paz. Argentina.

Piedad Córdoba, defensora de los derechos humanos. Colombia.

Atilio Boron, analista internacional. Argentina.

Alejandro Rusconi, Secretario relaciones internacionales del Movimiento Evita. Argentina.

Saúl Ortega, diputado nacional por el PSUV. Venezuela.

Stella calloni, periodista y escritora. Argentina.

Sandra Russo, periodista y escritora. Argentina.

Jorge Kreynnes, secretario de relaciones internacionales del Partido Comunista Argentino. Argentina.

Luisa Valenzuela, escritora. Argentina.

Nidia Diaz
Negociadora y firmate de la Paz en El Salvador
Por FMLN.

Luis D’ Elia, presidente de MILES. Argentina.

Jorge Elbaun, sociólogo y periodista. Argentina.

Roberto Perdía, Argentina.

Carlos Aznarez, director de Resumen Latinoamericano. Argentina.

Julio Gambina, profesor universitario. Argentina.

Christiane Barckhausen
Escritora, Alemania.

Lois Pérez Leira, escritor y cineasta. Argentina.

Carlos Lenin Villa Toribio, Docente y miembro del Departamento del Trabajo Internacional del Partido del Pueblo de Panamá.

Xavier Moreda, portavoz de Vigo Antifascista. Estado Español.

Siguen las firmas.

Fuente: Resumen Latinoamericano

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